Cristina, la mayor, es una preciosidad tan aficionada al lujo y al glamur que se hace llamar Cristal. Le gusta tanto el brillo que se burla de su hermana pequeña por llevar el nombre de una piedra semipreciosa.
Ágata ha aprendido a fingir indiferencia cuando algo le interesa, porque sabe que, si Cristal se entera, no para hasta arrebatárselo; pero cuando ve a Roberto siente una atracción tan grande que se olvida de todo, incluso de disimular.
Una boda, un truco de magia, tesoros reales y diamantes legendarios en una comedia viajera que nos recuerda que lo más valioso no se mide en quilates.
El contacto de seguridad todavía no está disponible. Si necesitan esta información solicítenla mediante este enlace
Este artículo no tiene advertencias de seguridad. Si tienen alguna duda al respecto consulten al contacto de seguridad.