En el otoño de 1941 los voluntarios españoles están entre las tropas de la Wehrmacht que ocupan las posiciones más avanzadas del Grupo de Ejércitos Norte en el frente del Este. El sargento Rico, el manchego Ceferino Huertas, Luis Padilla el Estudiante, los hermanos Lamata o el alférez Antonio Peralta, son algunos de esos hombres corrientes o tal vez no tanto que marcharon jóvenes a combatir en el mayor conflicto bélico de la Humanidad enfrentándose al enemigo más formidable de todos los tiempos y soportando una climatología extrema, casi increíble.