En sus páginas encontramos un variado mosaico de temas y estilos que integran en una sola obra todas las facetas de Pla: el retratista exacto, el moralista sobrio, el paisajista lírico, el irónico impenitente, el comentarista mordaz, el observador único. Encontramos en ellas crítica literaria, juicios políticos, consideraciones intelectuales, aforismos.
Destaca, quizá, la magnífica galería de retratos de aquellos hombres que hicieron de la Barcelona «noucentista» y vanguardista una ciudad rica en cultura, y se perfila, además, el momento de agitación política que igualó las calles de Barcelona con el Chicago de los gángsters. Este dietario, cuya redacción se inició en 1918 y fue luego revisado y preparado por un Pla maduro en completo dominio de sus capacidades literarias, es, pues, definitivamente, un monumento cultural que retrata unos años básicos de la Cataluña Moderna.
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