Tras cinco años sin ejercer la medicina y dedicado a escribir series de comedia para televisión, Kay recibe un aviso del colegio de médicos comunicándole que le van a quitar la licencia. Aprovecha entonces para rescatar sus diarios de médico en prácticas y hacer un repaso a sus años en la sanidad pública.
El resultado es un tronchante diario no exento del mejor humor negro, lleno de anécdotas e historias protagonizadas por médicos, pacientes y administrativos asqueados y hartos. Una mirada irónica y desmitificadora de la vida en los hospitales que ha sido un fenómeno en Reino Unido y que pronto se convertirá en serie.
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