Raquel y Cristian se apostan alrededor de las casas de citas donde las parejas acuden de día y de noche. Apuntan las
matrículas de los coches y después llaman y ponen precio a su silencio. El juego ha empezado, pero es posible que esta
vez se hayan equivocado de víctima.
El contacto de seguridad todavía no está disponible. Si necesitan esta información solicítenla mediante este enlace
Este artículo no tiene advertencias de seguridad. Si tienen alguna duda al respecto consulten al contacto de seguridad.