Atenas, 399 a.C. En el que podría considerarse el primer juicio por crímenes de opinión, Sócrates es condenado a muerte. Acusado de corromper a la juventud y negar a los dioses de la ciudad, el filósofo despliega una defensa intransigente y provocativa. No obstante, una mayoría de jurados lo insta a ir a prisión y beber la cicuta. Una vez prisionero, mientras espera su ejecución rodeado de sus amigos y discípulos, se niega a escapar para no violar las leyes a las que siempre ha sido devoto.
El contacto de seguridad todavía no está disponible. Si necesitan esta información solicítenla mediante este enlace
Este artículo no tiene advertencias de seguridad. Si tienen alguna duda al respecto consulten al contacto de seguridad.