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Ellos son los Ángeles, mis tres guardaespaldas. Glen, el adorable escocés con el rostro lleno de cicatrices y manos delicadas. Kenta, el soldado de sonrisa misteriosa, pelo largo y piel tatuada. Y Matt, el líder de ojos azules y mal carácter que vive atormentado.
Tener a tres buenorros cuidándome a todas horas parece un sueño hecho realidad, pero ¡es una pesadilla! Siempre están aquí: mirándome, cuidándome, protegiéndome. Me dicen que los ignore y que me ocupe de mis asuntos, pero no puedo pensar con ellos tan cerca. Saltan chispas.
Cuando un viaje a Estados Unidos acentúa el instinto de protección de los chicos, descubro algo inesperado: me desean. ¡Los tres! Y el acoso que sufro es cada vez más alarmante. ¿Cómo van a defenderme de mi stalker si no pueden dejar de mirarme?
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