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Apenas llevábamos viéndonos dos semanas y sentí que todavía era precipitado decirle aquellas 8 letras.
Entonces recordé las palabras tan conocidas de Víctor Küppers: "Planta que no riegas, planta que palmas".
- Tengo que decirte algo -le dije, de repente-. Te riego.
Porque las plantas, como las relaciones humanas, necesitan cariño y tiempo; dedicación.
Y eso es lo que deseaba de una relación. Una persona a la que regar y que me regase, con la que crecer a diario, con la que formar un equipo.»
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